miércoles, 10 de junio de 2020

Un encuentro en Benesuelo o la verdadera dictadura del proletariado (cuento)



                      
Un encuentro en Benesuelo o la verdadera dictadura del proletariado
(Una historia de economía basada en recursos)
Licencia:
Creative Commons Attribution-NonCommercial- ShareAlike 4.0
Fecha: 22-ago-2016 22.09 UTC
Código: 1608228991347
Descripción: D:\Downloads\1608228991347.standard-150.default.png

Autor: César Emilio Valdivieso París
Correo electrónico: valdivieso2000@hotmail.com

“Si sientes que no encajas en este mundo, es porque naciste para ayudar a crear uno nuevo” (anónimo)



I. Esta vida que llevo.
15 de octubre de 2016
En un lugar donde cualquier parecido con los nombres geográficos,  personajes o eventos presentes o futuros  reales, no es pura coincidencia.
 Santiago García, docente de la asignatura inglés en el liceo Indio Yara del poblado Alba Rica ubicado en el estado del cual el instituto educativo tomó su nombre, no tuvo hoy su mejor día. Más fue el tiempo que pasó ahuyentando de las ventanas de su salón de clases a los miembros de la pandilla de 7 jóvenes de oficio inconfesable que ingresan todos los días  saltando sobre las paredes externas, que el que pudo dedicar a trabajar en aquello por lo que le pagan. Él sabe a qué van allí. A vender droga a los jóvenes, y a enamorar a las niñas. Está cansado de denunciar la situación ante los organismos oficiales y en declaraciones de prensa, pero increíblemente se ha hecho muy poco para remediar la situación, a excepción de un operativo especial digno de una película de acción efectuado hace una semana en el que unos 40 policías de civil y de uniforme  rodearon el centro de enseñanza y penetraron armas en mano escalando  los mismos muros que violentan los transgresores, llevándose detenidos a algunos de ellos y perdiendo a otros que fueron alertados por una estudiante de actitud sospechosa cuyo celular fue decomisado en las adyacencias, en el que se leía el mensaje: “vienen los pacos”.
Hoy, todos ellos, tanto los detenidos aquel día como los fugados, paseaban de nuevo impunemente por las áreas del liceo. Es que como son menores…
El viaje de hora y media de regreso a Magua, pintoresco poblado en el que vive, lo hizo en carrito por puesto, que es un poco más costoso pero algo más seguro, y en él solo escuchó relatos de la última buseta asaltada por los piratas de la carretera.
Al llegar a su casa, adjudicada por el gobierno hace 12 años sin título de propiedad, su esposa, curiosamente bautizada Mery Luna, docente también aunque en el área de  educación especial en una escuelita cercana, lo esperaba con la cena. Ellos, ambos ya cincuentones, tienen 9 años de casados, y viven junto con con la mamá de ella, a quien todos cariñosamente llaman “Doña Pepa”. Santiago tiene un divorcio en su historial y un hijo ya profesional que emigró al exterior.
En la noche, el noticiero se lució: ataque terrorista en Eropa con saldo de una docena de fallecidos, coincidente con una ola masiva de refugiados provenientes de Aia; hambruna en Árica; incremento del número de casos de alcoholismo y suicidios entre los jóvenes a nivel planetario y las advertencias de la ONG mundial Cub de Goma  que pone un plazo a la destrucción del orbe en un lapso no mayor de cien años, por causa del efecto invernadero, las deforestaciones, la contaminación y la superpoblación, sin contar con que dicho evento catastrófico se pudiera adelantar debido a una guerra nuclear.
Santiago siempre se ha visto profundamente afectado por los males del mundo, y ha consagrado más de 30 años a investigar sobre temas ambientalistas y sociales. Antes de caer dormido,  dedicó sus últimos pensamientos del día a la compleja situación que junto con él,  viven los  otros miles de millones de habitantes del globo.
II. El encuentro.
Santiago estaba  de pie en un camino de servicio al lado de una vía férrea ubicada en el medio de la nada. De un lado y del otro de los rieles solo podía ver árboles.
Era un día caluroso aunque con una brisa que hacía soportable la inclemencia del sol.
Pronto vio aproximarse un automóvil de un bonito color azul marino que levantaba algo de polvo, pero que era totalmente silencioso salvo por el ruido que hacían las ruedas sobre los terrones y las piedrecillas. Al detenerse el vehículo frente a él, pudo apreciar que era de pequeñas dimensiones aunque con capacidad para albergar a 4 personas cómodamente, con ruedas muy finas.definitivamente, es un auto eléctrico pensó Santiago.
Del carro se apeó  un hombre moreno, alto, esbelto (como él mismo), vestido informalmente con un sombrero de ala corta color beige, camisa guayabera verde grama, pantalón blanco y zapatos de lona beige. 
¡Hola! gritó el conductor quien se le acercó con la mano extendida y una sonrisa de oreja a orejasoy Santiago, ¡mucho gusto! nuestro Santiago se rió al tiempo que le daba la mano, y el recién llegado puso cara de asombro. Santiago (el de Magua), le explicó:
¡Caray!, es que de todos los nombres que existen en el mundo, nos vinieron a bautizar igual a los dos ¡y no me digas que también eres profesor de inglés! por toda respuesta recibió una mirada enigmática de parte del otro Santiago (a quien apellidaremos X) el cual, señalando hacia el automóvil con la mano izquierda  y colocándole afectuosamente la otra mano sobre el hombro le dijo:
¡Bienvenido pues!, sube al auto por favor.
 Al llegar al coche, y antes de abordarlo, Santiago G pasó la mano por el techo del vehículo, al percibir algo llamativo en su color y su textura. Bonito, ¿Verdad? dijo Santiago Xestá hecho de aluminio  anodizado. El aluminio es uno de nuestros metales favoritos. De él están fabricados  la latonería de los vehículos, las carcasas de nuestros dispositivos electrónicos y electrodomésticos, así como algunas edificaciones públicas que verás más adelante.


III. El trayecto.
Sé de dónde vienes dijo Santiago X una vez que comenzó a conducirSiéntete en total libertad de preguntar y comentar lo que quieras.
Gracias respondió Santiago Gten la plena seguridad de que así lo voy a hacer. ¿En qué año estamos?
2170.
¿Qué sabes del mundo del S.XXI?
Desapareció Santiago G lo miró por un instante, y volvió a fijar la vista en el camino.
¿Me puedes dar detalles?
Claro. Vamos a ubicarnos en el año 2072. Para esa fecha, las predicciones de los ambientalistas, anteriormente consideradas desatinadas por los líderes mundiales más “brillantes” de la política y la economía de mercado, ya se habían  cumplido a cabalidad: unos 600 millones de personas que vivían en poblaciones aledañas al mar habían tenido que  emigrar debido a que el derretimiento de los polos y las consecuentes inundaciones se hicieron indetenibles. Ello ocasionó unos gastos enormes que los llamados países llamados “desarrollados” pudieron asumir, no sin grandes esfuerzos, debido a que esa emigración forzada por motivos ambientales desde las naciones llamadas “en desarrollo” hizo palidecer a la ocurrida en la segunda década del siglo por causas del terrorismo religioso. El continente Aricano había sido abandonado a su suerte, y allí las hambrunas,  las enfermedades y las hostilidades diezmaron a la población. La deforestación masiva por causa de la minería y la ganadería había causado grandes sequías, y ello ocasionó  varias guerras entre naciones por la obtención del agua. La contaminación de los mares tenía por el suelo la producción pesquera. Santiago X, hizo una  breve pausa, y continuó:
La situación, como puedes ver, solo tendía a agravarse, y entonces se dio el punto de quiebre que precipitó la catástrofe: en noviembre de ese año, 2072, los fanáticos religiosos que se habían infiltrado entre los refugiados hicieron detonar casi simultáneamente varios artilugios nucleares de los llamados “sucios” en distintas ciudades del mundo occidental, cuyos efectos inmediatos fueron sobre todo de tipo psicológico por el pánico que causaron, pero que originaron una inmediata reacción en cadena a gran escala, la cual llevó a países occidentales y orientales a enfrascarse en una guerra aniquiladora en la que se utilizaron en un principio armas convencionales, pero que culminó con el uso de bombas atómicas. Santiago X hizo otra breve pausa. Se le notaba la respiración agitada y la voz algo más ronca por la emoción. Entonces siguió adelante:
Afortunadamente, si se puede decir así, los artefactos nucleares eran de potencia relativamente moderada y “solamente” afectaron a  grandes ciudades de uno y otro bando. El saldo, unos 2000 millones de personas fallecidas, un  enfriamiento global cercano a los 10 grados por causa de las nubes de ceniza y humo que bloquearon los rayos solares durante casi un año; la muerte de gran parte de la vida vegetal y animal, primero por la ausencia de luz solar que mató inicialmente a las plantas y luego, por efecto dominó, a herbívoros y carnívoros  y después, disipada la nube, por los rayos ultravioleta que penetraron con más intensidad debido al daño a la capa de ozono. Además,  grandes zonas del planeta contaminadas por los próximos 300.000 años.
Esa, es la parte trágica de la historia, pero seguramente también te interesa saber  cómo llegamos a este carro eléctrico y a  todo lo que te voy a mostrar cuando arribemos  a  Benesuelo, nuestro destino dijo Santiago X  más relajado.
Por favor.
Antes de que ocurriera lo que te he relatado, exactamente en el año 2030, el empecinamiento de unos “locos” que llevaban varias décadas  hablando  de lo que llamaban la “economía basada en recursos”, teoría  que combinaba aspectos ambientalistas, sociales y económicos, dio sus frutos. Ellos proponían un modelo de sociedad radicalmente distinto al que se originaba de la sociedad de consumo, según el cual la vida sería mucho más agradable para la gente, y sostenible en el tiempo para todas las generaciones futuras.  De tanto darle y darle con el tema, mostrando modelos teóricos y computarizados de la factibilidad de la propuesta, así como películas, series animadas, video juegos y parques temáticos, acabaron convenciendo a un buen número de personas, suficiente para que hicieran presión y se tomara en serio el planteamiento, en vista de que ya no se podían ocultar los evidentes daños ambientales que estaba ocasionando el tan laureado “crecimiento económico”, ni tampoco la insatisfacción de las mayorías  que se sentían utilizadas como simples objetos consumistas para hacer ricos a los miembros de una pequeña élite propietaria de los medios de producción de bienes y servicios.
El asunto es que un buen día, Astralia, una nación que poseía amplios territorios deshabitados, se comprometió a donar 500 kilómetros cuadrados en una zona desértica, para la fundación de un nuevo país totalmente independiente, en el cual se pondrían en práctica los fundamentos de la economía basada en recursos.
A partir de ese compromiso de Astralia, comenzó la fase de reclutamiento de los primeros ciudadanos del nuevo estado. La mayoría de ellos  profesionales en diversas especialidades, y otros  mano de obra calificada, quienes una vez seleccionados, recibieron un curso intensivo incluyendo visitas esporádicas al sitio de la fundación. La construcción del proyecto duró 5 años y  fue financiada con fondos provenientes de los aportes de millones de ciudadanos de todo el mundo, y también con la contribución oficial de algunas naciones progresistas.
El  nuevo país, inaugurado oficialmente en enero de 2030,  recibió el nombre de “Nación EBR”, debido a que su funcionamiento se cimentaba en la economía basada en recursos. Inicialmente, y  durante muchos años, la materia prima  para su desempeño pudo ser adquirida en otras naciones,   mediante la promoción en su territorio de actividades de tipo educativo y turístico.  
Luego de la gran guerra del año 2072, Nación EBR, que para entonces ya tenía 42 años en pleno funcionamiento, cumpliendo a cabalidad su función de servir de ejemplo para la humanidad,  quedó prácticamente intacta. Sus habitantes comprendieron que, aunque por las malas, y a pesar del enorme luto que llenaba el ambiente, había llegado el momento de encaminar a los miembros sobrevivientes de la humanidad, por la senda de una vida más digna y sostenible, lo cual no fue nada fácil.
Una vez superado el impacto inicial de la terrible conflagración, quienes pudieron hacerlo, tomaron las medidas básicas para garantizar un mínimo de alimentos, agua, salubridad y energía eléctrica. Muchos más murieron de hambre, sed y enfermedades. Los habitantes de las ciudades que hasta entonces se habían regido por el sistema de mercado, sentían sobre ellos un abrumador sentimiento de fracaso, que irónicamente favoreció los cambios por venir.
Ahora se veía con más claridad que nunca, lo erróneo que había resultado cerrar los ojos ante las evidencias de que el mundo andaba por muy mal camino: un aclamado crecimiento económico sostenido y una ponderada tesis de que el control poblacional era un pecado,  en un planeta con recursos y espacios irremediablemente limitados; cerebros llenos de basura  por causa de un bombardeo publicitario las 24 horas de todos los días que ponía el comprar cosas como el sentido último de la existencia; mentes retorcidas por fantásticas e irracionales teorías religiosas de las cuales había poca o ninguna evidencia, y por la cháchara engatusadora de los oportunistas reyes de la política y el dinero.
Definitivamente, ya nadie iba a poder convencer a la humanidad superviviente de una espantosa guerra provocada por esos hechos, de que se iba a reconstruir la civilización sobre las mismas bases.
A medida que en todo el mundo se restablecían las comunicaciones, Nación EBR comenzó a transmitir orientaciones y mensajes de aliento. Nuevos líderes con objetivos muy claros surgieron de entre las cenizas, y fueron muy contundentes, directos y efectivos convenciendo a las multitudes, y neutralizando con argumentos a quienes proponían restaurar el antiguo sistema.
Así, poco a poco se realizó un inventario mundial de los recursos naturales y conocimientos tecnológicos disponibles para su repartición equitativa, y Nación EBR aportó su experiencia de cuatro décadas en materia de desarrollo de sociedades autosuficientes y sostenibles.
En total, y seguro te va a parecer increíble la cifra, en diez años se fundaron en todo el planeta 1.234.567 ciudades EBR. La gran mayoría  constituida por urbes preexistentes modificadas, y otras totalmente nuevas como es el caso de  Benesuelo. El término de “nación” entró en desuso, y Nación EBR pasó entonces a llamarse simplemente Pequeña Astralia, convirtiéndose  en una ciudad más entre las otras, quedando extinguida de esta manera la noción de “país”, y siendo aceptado como único gentilicio universal el de “ciudadano del mundo”.
Para darte un vistazo general de todo el panorama, te cuento que todas las minas y bosques madereros del mundo han sido inventariados, y sus recursos son repartidos equitativamente entre todas las ciudades mediante un sistema de barcos y ferrocarriles de escala planetaria. Cada ciudad hace el mejor uso posible de esos recursos, reciclándolos y protegiéndolos al máximo. Existen puertos, aeropuertos y estaciones de trenes estratégicamente distribuidos, aunque los aviones se utilizan más que todo para llevar científicos y mano de obra calificada de un sitio a otro, y para labores de seguridad, de acuerdo a las necesidades. Hay una sola base espacial internacional ubicada en las cercanías de Pequeña Astralia. Todas estas agencias de transporte tienen una administración comunitaria, centralizada en oficinas ubicadas en las afueras de dicha ciudad, con subsedes distribuidas en todo el planeta.
Cada ciudad genera su propia tecnología la cual a su vez se utiliza para producir todos los bienes y servicios necesarios para la vida confortable de sus habitantes. Asimismo, produce la mayor parte de sus alimentos mediante el sistema de granjas verticales. Las tierras disponibles restantes están constituidas por áreas naturales protegidas, como este bosque que tenemos de lado y lado de la vía, y otras, son fincas a cielo abierto cuyos frutos se reparten equitativamente entre todas las ciudades. Esas fincas  se aprovechan para la siembra de árboles de los que se  obtienen maderas, resinas, y caucho; la producción de algunos cereales y oleaginosas;  la cría, con técnicas humanitarias, de vacas, cabras, ovejas, cerdos y aves; la construcción de lagunas para la piscicultura; y para el cultivo de plantas como  el bambú que es nuestro principal generador de  fibras para la elaboración de textiles, como toda la ropa que llevo puesta. Santiago G no pudo evitar extender su mano izquierda y pellizcar la manga de la camisa de su tocayo, lo que hizo sonreír a éste.
¡Bambú! exclamó. 
Así es explicó Santiago Xanteriormente utilizábamos mucho el algodón, pero éste ahora ha entrado en desuso debido a que es de crecimiento más lento, produce menos fibra por hectárea, consume mucha más agua, y además requiere el uso de pesticidas. Bueno, terminando la idea respecto a las áreas protegidas, déjame decirte que en todo el planeta, aparte de los bosques,  hay gran cantidad de selvas, sabanas, estepas, praderas, taigas, tundras y desiertos, que junto a los mares y lo que resta de los polos son preservados para garantizar la biodiversidad. Todos esos espacios son de uso común, y de acuerdo a las características especiales de cada uno     pueden constituirse en santuarios de especies en peligro, o ser utilizados  para la obtención de alimentos y la recreación, con las debidas precauciones.
                       Todas las fuentes de energía y materiales para la industria y el funcionamiento de las ciudades son totalmente sostenibles, y se ha erradicado definitivamente el uso del petróleo y sus derivados, así como de la energía atómica. La basura, tal cual se la conocía antes, ya no existe, y los residuos de las fábricas y ciudades son reciclados o reducidos a su mínima expresión.
La parte más difícil de todo el proceso tuvo que ver con el modelo educativo que habría de impartirse alrededor del mundo para evitar llegar a los extremos que casi habían borrado a los seres humanos del planeta.
Hubo un inmenso debate al respecto, moderado por Pequeña Astralia, en el cual se incluyeron todos los temas posibles: familia, religión, economía, tecnología, libertades, y muchos otros y se arribó a varias conclusiones bien interesantes que marcaron y siguen marcando nuestro comportamiento hasta estos días. Entre ellas tenemos las siguientes:
Número uno: Los seres humanos somos seres esencialmente libres e imperfectos y lo seguiremos siendo para siempre. En base a ello, y muy a pesar de algunas tendencias de pensamiento puritano, se terminó aceptando que si bien un  sistema educativo bien estructurado es indispensable y ayuda a la formación de una gran mayoría de ciudadanos ejemplares, el mismo nunca producirá personas perfectas.
En las ciudades EBR se tolera de buen grado el consumo de alcohol, tabaco y otras sustancias naturales modificadoras de la conducta. La mayoría de las ciudades producen, aunque en poca cantidad porque  el consumo es bastante moderado, algunos tipos de cigarrillos y bebidas alcohólicas. Las pocas personas afectas a estas sustancias incluso tienen total libertad para destilar en casa su propio alcohol y sembrar las plantas de su preferencia para hacer sus pitillos fumables.
Entre nosotros también hay  trabajadores sexuales y se fabrican  armas de fuego no automáticas de uso público, pero solo para  la práctica del tiro al blanco deportivo en  polígonos y para la caza deportiva.
Cada quién se expresa según su haber y entender, con el vocabulario de su elección, y se viste, se desviste o se acicala, y ama, y me disculpas la ordinariez, pero es quiero darle énfasis al asunto, como le viene en su realísima gana. En relación con la libertad de expresión, te participo que en todas las ciudades EBR priva la irreverencia, y todo el mundo se llama por su nombre de pila. Las palabras  “señor”, “señora” o “señorita” son cosa del pasado, y ni se diga de los términos “excelencia”, “alteza”, “eminencia” y otros que ahora causan risa y se usan sólo en las obras de teatro para ridiculizarlos.
Toda persona adulta es totalmente libre de decidir si concibe un hijo o suspende el embarazo, e incluso si vive o muere.
Claro, nuestro sistema educativo es muy eficiente, y en las ciudades encontramos muuuy pocos casos de adicciones, promiscuidad sexual, violencia, abortos o suicidios.
Otra conclusión a la que se llegó, después de los más intensos debates registrados entre todos los que se dieron, fue que la religión basada en supuestos sobrenaturales no demostrables científicamente, es una manifestación de atraso cultural e intelectual heredada de los tiempos prehistóricos en los que no se comprendía  el funcionamiento del mundo. Hoy en día Esús, Uda y Ahoma, por ponerte algunos ejemplos, son personajes históricos importantísimos cuyas enseñanzas se imparten en todo el planeta en las instituciones educativas, pero despojadas de toda inherencia divina. Hay todavía quienes practican algún tipo de culto religioso, para lo cual tienen plena libertad, pero ya no son la norma como ocurría antiguamente, sino la excepción. Aquí entra de nuevo en escena nuestro alabado sistema educativo, el cual, por cierto, es obligatorio hasta los 16 años de edad (lo único obligatorio que tenemos, valga decir), y que hace muy bien su trabajo formando ciudadanos lo más racionales posible.
Y no es que no creamos en nada. La necesidad de tener un norte espiritual parece venir incorporada a la naturaleza humana. Por consenso, las sociedades EBR del mundo hemos adoptado el bienestarismo como la doctrina que guía nuestras acciones. Creemos en el bien, en cuanto a la realización de acciones que redunden en el bienestar físico y espiritual propio, de las demás personas y del resto de los seres vivos en la medida de lo razonable, considerando que utilizamos  muchos animales y plantas para nuestro beneficio; además tratamos de hacer bien las cosas, en el sentido de  que cada uno de nuestros actos ya sea en el ámbito doméstico, familiar, educativo, laboral, social e interpersonal en general, busca obtener los resultados más satisfactorios posibles para todos.
No obstante nuestra “racionalidad” hizo el gesto de las comillas con ambas manos soltando el volante por un instante con una expresión burlona en el rostro,  parte del sabor de la vida todavía lo encontramos en las historias de dioses, ángeles, demonios, zombis, vampiros, espantos, brujas, duendes y otras que sabemos son de origen fantástico, pero ciertamente  muy entretenidas, y hasta en eventos aun no bien explicados por la ciencia como las  premoniciones, algunos llamados milagros y avistamientos de supuestas naves extraterrestres, sobre cuya verdad aún existen dudas razonables y que son tema interesante de conversación. Incluso seguimos celebrando las fiestas de origen religioso, como la Avidad unida con el fin de año, y tenemos un cementerio para quienes desean rendir homenaje a sus difuntos.
 Del siglo XXI también aprendimos una lección importantísima: Todo el mundo debe tener mucho de amable, pero ni un poquito de cobarde. Nuestros niños hoy en día son educados en los más altos valores para que logren una convivencia armoniosa y pacífica con sus semejantes, pero también se les enseña a defenderse. Dentro de la naturaleza humana se encuentra el gen de la dominación, y en algunos casos éste se manifiesta con mucha más fuerza en ciertos individuos que pretenden erigirse en tiranos y someter por las malas a sus iguales.
Nuestros estudiantes son educados para hacer valer sus derechos frente a sus compañeros, sus docentes e incluso sus padres. Para una eventual agresión física, se les enseña tanto la defensa personal individual, como las tácticas de reducción grupal de bravucones  que posean gran fortaleza física. Por lo general la estrategia resulta, y se ven pocos casos de acoso.
En este mismo orden de ideas, se tomó por consenso la decisión a nivel planetario, de crear una fuerza armada internacional, equipada con armamento del llamado convencional, cuyos cuarteles se encuentran distribuidos estratégicamente en varias zonas del planeta. Su función es la de intervenir en cualquier parte del mundo ante la pretensión de individuos o grupos que intenten violentar por la fuerza  las libertades individuales y colectivas.
Esta fuerza está integrada por un número no muy grande de efectivos, en comparación con épocas pasadas,  obviamente todos voluntarios. Aunque  su función actual es eminentemente disuasiva, sí vieron un poco de acción entre el año 2075 y el 2085, poniendo coto sobre todo a ciertos fanáticos religiosos armados que pretendían seguir sometiendo a sus semejantes a  prácticas en vías de franca superación, según las cuales se aterrorizaba a las personas con supuestos castigos divinos; se exigía que rindieran pleitesía a determinados sacerdotes; se les imponían opresivas restricciones en cuanto a su manera de vestir y actuar en sociedad; y se les discriminaba por su género e identidad sexual.
Los agresores de este tipo normalmente fueron y  actualmente son, puestos en custodia en centros de reeducación de los cuales hay uno en cada ciudad, muy diferentes a las deshumanizadas cárceles del siglo XXI, y son liberados en la medida en que demuestran haberse adaptado suficientemente al nuevo orden.
Dentro de las ciudades, el orden público se mantiene gracias a un amplio sistema de cámaras de monitoreo, a la acción voluntaria de los propios ciudadanos, y a la participación de una pequeña fuerza entrenada especialmente para tal fin, la cual interviene, sin armas letales, cuando la situación lo amerite. Tú sabes, nunca falta uno que otro borracho causando problemas, y alguna persona con una condición patológica que la haga ser agresiva con los demás.
¡Mira! dijo de repente sacando su mano izquierda por la ventana y señalando hacia un brillante objeto de color blanco que sobresalía apenas sobre los árboles, a lo lejos― nos estamos acercando; esa es la torre central de nuestro generador de electricidad con espejos. Luce engañosamente cerca, pero en realidad nos falta recorrer todavía 30 kilómetros para llegar a Benesuelo. Por cierto, cuando arribemos allí quizás te llame la atención, entre otras cosas, el no ver avisos publicitarios por ninguna parte, pero no puede ser de otra manera  en un sistema en el que no hay competencia entre empresas, simplemente porque las empresas que existen pertenecen a todos y son manejadas por todos.
Justo en ese momento pasó rugiendo con su golpeteo metálico característico un tren larguísimo en el que se podía ver  personas a través de las ventanillas de los vagones para pasajeros, y pegados a ellos venían unas plataformas  descubiertas sobre las cuales se encontraban perfectamente acomodados  automóviles, motocicletas y bicicletas.

El ferrocarril eléctrico es nuestro sistema de carga terrestre y de comunicación entre ciudades por excelencia, a menos que quieras desplazarte tragando polvo como lo estamos haciendo nosotros ahorita, ja ja rieron los dos estoy bromeando. También puedes trasladarte usando las antiguas vías de asfalto y concreto a las que les damos mantenimiento usando materiales sostenibles, lo cual ahora resulta más fácil debido a que solo son utilizadas por vehículos livianos como éste y por  autobuses públicos,   aminorando así su deterioro.
Déjame preguntarte algunas cositas sobre las que todavía tengo dudas mi estimado tocayo intervino Santiago Gcomo por ejemplo, ¿En qué trabaja la gente? ¿Ganan algún sueldo? ¿Cómo es el sistema de propiedad? ¿Quién gobierna la ciudad? 
Bien respondió Santiago XLa mayor parte de los ciudadanos somos trabajadores del sistema comunitario: profesores, ingenieros, técnicos, obreros, médicos, administradores, oficinistas y todas las profesiones y oficios que normalmente hacen parte de las funciones que corresponden a una administración pública. Lo que no vas a encontrar en nuestras ciudades son vendedores ni publicistas, de los que antes había muchos, simplemente porque no hacen falta. Todos tenemos una asignación mensual para la adquisición de bienes y servicios, que sencillamente llamamos “puntos”. No hay una banca propiamente dicha, en el sentido de que obtenga beneficios ni maneje complicados instrumentos financieros como era en el siglo pasado. Es meramente un sistema de administración de puntos. Eso sí, la administración de puntos de cada ciudad EBR trabaja en conjunto con todas las demás administraciones del mundo, que a su vez están conectadas con una sede central ubicada cerca de Pequeña Astralia, la cual lleva el inventario de todos los recursos del planeta, y propone las pautas de distribución equitativa de los mismos. Por cierto, durante la etapa de los debates iniciales de los que te hablé antes, había una tendencia que abogaba por la disponibilidad gratuita de todos los bienes y servicios, pero finalmente ello fue descartado por aquello de que somos seres imperfectos, y siempre necesitaremos algún tipo de control que prevenga los abusos. Estos puntos de los que te hablo son de carácter exclusivamente electrónico, y puedes usarlos  en cualquier parte del planeta con tan solo presentar una de tus huellas dactilares en el dispositivo que está incorporado en todas las computadoras, teléfonos y tabletas del mundo. Pon cualquiera de tus dedos  sobre  la pantalla le dijo a Santiago G, extendiéndole su teléfono. Éste lo tomó, y al colocar el pulgar derecho sobre el cristal, inmediatamente apareció un mensaje que decía: “Huella no autorizada en este equipo”.
Todos los trabajadores del sistema recibimos exactamente la misma asignación de puntos, y el estímulo al esfuerzo realizado con los estudios y el trabajo viene dado por la satisfacción de hacer lo que nos gusta en ambientes laborales óptimos, aparte de que hay otros alicientes de acuerdo a la profesión u oficio, como horarios especiales, y la asistencia con todos los gastos pagos a congresos, talleres y otros. Además, la cantidad de puntos que recibimos está calculada para que cada adulto pueda cubrir sus necesidades y las de sus hijos menores de edad, incluyendo alimento, vestido, casa, vehículo, recreación, etc…, y hasta nos queda para ahorrar. Cuando adquirimos los bienes más costosos, como la casa o el carro, el sistema nos descuenta automáticamente un porcentaje razonable de nuestra asignación.
Con la finalidad de que todos los ciudadanos  del mundo tengamos las mismas oportunidades de disfrutar de los recursos a nuestra disposición, en todo el sistema de ciudades EBR hay una sola limitación importante a la propiedad privada. La misma consiste en que el único bien inmueble que todo adulto puede poseer o adquirir a título personal, aunque está facultado para hacerlo en cualquier parte del planeta, es una  vivienda y el suelo sobre el que esta se encuentre y nada más.  En las ciudades que se han construido desde cero se ha establecido como normativa que dicha propiedad particular sea un terreno con una extensión máxima de 200 m2 y el domicilio que se construya sobre él, además de que por motivos de privacidad entre vecinos, y para evitar el desorden urbanístico, tal  morada podrá tener una sola planta.  
En mi caso, por darte un ejemplo, yo estoy terminando de pagar la casa en que vivimos aquí en Benesuelo, y mi esposa hace lo mismo con una residencia en la ciudad de Isla de Larga Vista, a donde vamos a pasar las vacaciones de vez en cuando, si no nos antojamos de ir a un hotel en otra parte.
En las ciudades preexistentes,  sus habitantes conservaron  el derecho de propiedad sobre una  vivienda principal, independientemente del tamaño de su área de construcción, entretanto la misma se mantuviera en pie.
El resto de las tierras y obras, incluyendo todas las fincas, edificios y otros predios  anteriormente privados, pasaron a pertenecer a la comunidad de cada ciudad o a la comunidad mundial, de acuerdo a su ubicación y su uso. Esta medida sin duda alguna muy radical pero necesaria por un asunto de justicia elemental, provocó mucha resistencia por parte de los propietarios de entonces, pero sus descendientes, ya felizmente adaptados al nuevo orden, en general consideran todo aquello como parte del anecdotario de lo que nunca debió ser.
No está de más decir que todos los  bienes muebles: carro, ropa, celular, etc. etc. son  de tu propiedad exclusiva.
Como ya te lo di a entender hace un momento, no todos los ciudadanos trabajamos únicamente para el sistema comunitario. Muchas personas ejercen por su cuenta, en su tiempo libre o a tiempo completo cualquier cantidad de profesiones y oficios que te puedas imaginar: zapateros, peluqueros, albañiles, choferes, pintores de brocha gorda o de pincel, artistas de escenario, escritores (sin papel, por cierto, ya que solo se  producen textos digitales), periodistas, cineastas (que ahora hacen maravillas con la animación computarizada), terapeutas, masajistas y hasta trabajadores sexuales, como ya te lo mencioné. Hay incluso quienes se redondean unos punticos extras vendiendo los productos de su jardín; con el fruto de su actividad pesquera, y hasta comercializando sus ideas, en el caso de los inventores. Todo vale, incluso el paro laboral voluntario. De esta manera, si un  adulto decide por su cuenta no trabajar en absolutamente nada, recibe un pase especial para el comedor-refugio que tenemos destinado a esos casos. Esta asignación exclusiva también puede ser disfrutada por los trabajadores totalmente independientes que laboran fuera del sistema, si así lo desean. Por cierto, estos trabajadores asimismo gozan de una especie de crédito para la adquisición de bienes costosos, como la casa o el automóvil, y se les cobra una mensualidad fija, al igual que a los trabajadores del sistema, hasta completar el pago. Si uno de ellos deja de trabajar y todavía tiene deudas pendientes, en ningún momento sufrirá alguna medida de embargo respecto a su casa, pero imagínate el estado en que se encontrará la misma  si no tiene puntos para pagar ni siquiera su mantenimiento. Afortunadamente hay pocos casos como esos en todo el mundo. A manera de anécdota te comento que  los músicos y escritores exitosos, que por lo general también son trabajadores totalmente independientes del sistema, no necesitan solicitar ningún tipo de crédito, ni acudir a los comedores-refugio, puesto que sus ingresos son usualmente exorbitantes, exactamente como ocurría en el pasado dijo con una amplia sonrisa.
Vale decir que todos los ciudadanos, independientemente de nuestra edad y condición laboral, gozamos de servicios de salud, educación y justicia totalmente gratuitos.
Las personas en edad de retiro reciben su asignación completa, y aquellas   que ya no pueden valerse por sí mismas son atendidas en unidades especiales.
Quienes trabajamos para el sistema estamos sometidos a un estricto control del cumplimiento de nuestras obligaciones, y tal cual como ocurría en el siglo anterior, las inasistencias y los retardos injustificados son sancionados con descuentos en nuestra asignación, y la irresponsabilidad grave puede generar un despido. El sistema es como nosotros los humanos: imperfecto, pero bastante justo y satisfactorio dentro de lo posible.
Me preguntabas también sobre  nuestra forma de gobierno, y la respuesta es extremadamente simple: aquí mandamos todos. Cada persona adulta en nuestras ciudades es un elector nato. Si bien nombramos a algunos representantes para que ejerzan labores de orden ejecutivo, legislativo y judicial, basta el voto de la mitad más uno de los electores de la ciudad, que se ejerce vía electrónica y en cualquier momento, para dejar sin efecto, y de inmediato, alguna medida o norma implementada por  ellos, e incluso para destituirlos.
Lo mismo aplica para los gerentes y trabajadores de nuestras empresas, oficinas e institutos, cuyas decisiones y cargos pueden ser revocados con el voto mayoritario de los ciudadanos. Es la verdadera dictadura del proletariado, como llamamos nosotros a nuestra forma de democracia en la cual no hay partidos políticos ni nada que se les parezca.

En ese momento, después de pasar una curva,  vieron, unos cien metros adelante, un camino de adoquines de color crema que subía como una rampa y terminaba en una especie de estación ferroviaria con estacionamiento, andén para pasajeros, área de espera y zona de descarga. Al llegar allí Santiago X detuvo el vehículo y explicó:
En este punto el tren de carga deja los materiales que necesita la ciudad, y el tren de pasajeros embarca y desembarca  a los viajeros y sus vehículos; en cuanto a este pavimento sobre el que vamos a comenzar a rodar, el mismo está construido con adoquines de ladrillo hechos en frío y consiste en una mezcla de arena, cloruro de calcio, urea y la bacteria Sporosarcina Pasteurii Santiago G lo miró con cara de niño pequeño frente a una golosina y rogó:
¡Permíteme tocarlo, por favor!
¡Claro!, ¡adelante! respondió Santiago X al tiempo que su interlocutor abría la puerta y satisfacía su curiosidad por unos segundos sin bajar del vehículo, volviendo a cerrar la puerta.
―Esta tecnología de construcción dijo Santiago Xnos ahorra la enorme cantidad de energía que representa el producir hormigón o ladrillos de arcilla cocida, y estoy seguro de que es apenas una de las cosas de nuestra ciudad que te van a sorprender. Este material lo utilizamos para pavimentar todas las nuevas vías de vehículos a motor; para obras residenciales y edificios públicos y para fabricar todos los tejados de esas edificaciones.
¡Bien! exclamó Santiago G. Santiago X puso el vehículo en marcha de nuevo, y descendieron  lentamente hacia la izquierda por la rampa. Luego de atravesar un pequeño trecho de boscaje natural, el mismo se tornó en un bosque de elevados pinos, cuya sombra y mullido colchón de acículas en el suelo invitaba a la caminata y al descanso.  
De aquí sale la madera para nuestras necesidades continuó Santiago X agradable, ¿Verdad? comentó al tiempo que Santiago G sacaba  la cabeza por la ventana aspirando el fresco aireesto forma parte del área de agricultura a cielo abierto de la que te hablaba, de uso común por todas las ciudades ubicadas en las cercanías.
Un poco más adelante, al entrar en una vuelta del camino, Santiago X dijo: Al salir de esta curva, cuando los árboles ya no nos obstruyan la visión, vas a mirar directo al frente y me das tu impresión de lo que tendrás frente a tus ojos.

IV. Benesuelo.
En la medida que iban saliendo del recodo, fue apareciendo, a unos trescientos metros de distancia, majestuosa en toda su altura, la torre solar. Estaba rodeada de muchos espejos y éstos reflejaban la luz del sol hacia la parte superior, la cual refulgía de tal modo que encandilaba, y cuyos rayos de luz, perfectamente visibles debido al vapor de agua y al polvo presentes en el aire, daban la impresión de emanar de ella, y no al contrario como realmente sucedía. Santiago G no le quitaba la vista de encima y parecía haber quedado mudo de la emoción.
Bueno dijo Santiago X deteniendo el vehículo al llegar al pie de la instalación al tiempo que facilitaba a su pasajero unos lentes oscuros de seguridad― en este momento hemos entrado oficialmente  a los linderos de Benesuelo y te presento a  nuestra consentida, la responsable principal de toda la energía que consumimos en la ciudad Santiago G, que tenía la boca literalmente abierta, y no salía de su asombro, solamente pudo pronunciar un largo “Guaaaoooo”.  Finalmente, se pudo recuperar lo suficiente para hablar.  
¿Me puedes dar algunos detalles técnicos, por favor?
¡Claro!Respondió Santiago X la torre de concreto tiene 115 metros de altura, y está iluminada por 624 espejos de 120 m2 cada uno, cuya luz concentrada en la cima transforma agua en vapor, que a su vez mueve las turbinas que generan la corriente. Parte del calor recolectado es transferido a un depósito de sales fundidas que lo almacenan durante el día, y lo liberan para producir electricidad en la noche, momento en el cual hay mucho menos demanda ya que cesa prácticamente toda la actividad  de la ciudad. La instalación, en su conjunto, ocupa 60 hectáreas y proporciona la energía para nuestro complejo industrial, las granjas verticales, el centro de la ciudad, y las 4000 casas que hay en Benesuelo. Seguro ya habrás notado también los cuatro generadores eólicos ubicados en los puntos cardinales de la planta solar, los cuales proporcionan aproximadamente la misma cantidad de energía que ésta y se utilizan cuando transcurren  días nublados y se agota el calor almacenado en el tanque de sales fundidas. Están hechos de torres de  acero, y aspas de madera sólida con refuerzo de acero, todo con acabado de madera líquida, la cual es un compuesto hecho a partir de la lignina y la fibra del bambú, mezclado con resinas naturales que resultó ser un excelente sustituto de la fibra de vidrio que se endurecía con resinas tóxicas y hasta de los bioplásticos producidos a partir del almidón de plantas como el maíz y la caña de azúcar, que preferimos usar como alimentos. De allí viene su color madera. Estos  generadores eólicos alcanzan una altura de 80 metros y cada una de sus tres palas tiene  40 metros de largo.
Bien, bien dijo Santiago G.
Se pusieron de nuevo en marcha y luego de andar por unos tres minutos a lo largo de la instalación solar, en dirección izquierda-derecha, llegaron a una zona en la que se podía ver, ya despojados de los lentes de sol, una treintena de grandes galpones de acero galvanizado con forma de domo, que se ubicaban a ambos lados de un amplio patio, y frente a ellos, en estacionamientos techados con láminas de vidrio ahumado, estaban aparcados unos pocos vehículos, puesto que era un día sábado, por lo tanto no laborable para la mayoría de los trabajadores, según explicó Santiago X.
Aquí se producen de forma lo más automatizada posible, para evitar el trabajo humano tedioso y repetitivo, y en horario exclusivamente diurno, absolutamente todos los bienes que utilizamos en la ciudad. Desde maquinarias para las propias fábricas, hasta los bienes ya elaborados para el consumo. Cada galpón trabaja con un área  específica. Alimentos, bebidas, textiles, calzado, maquinaria y equipos, madera, papel (el cual usamos muy poco como ya te dije), químicos, fundición, metalmecánica, vehículos, farmacéutica, electrónica, electrodomésticos, electricidad, materiales de construcción, planta de reciclaje de desechos industriales y urbanos que también produce  gas combustible y abono; y hasta una procesadora de tabaco. El concepto de que cada país fuera tecnológicamente autosuficiente, y ni se diga de cada ciudad, era totalmente impensable en el siglo pasado, cuando privaban la competitividad y el afán de lucro. En un mundo cooperativo como el actual, eso es perfectamente posible. Para que este sistema funcione eficientemente, no solo preparamos lo mejor posible a nuestros profesionales en la universidad o universidades que tiene cada ciudad, sino que hay un intercambio continuo de expertos de todo el mundo que se desplazan hacia los lugares donde son necesitados. Como te dije antes,  ellos son los privilegiados que generalmente utilizan el servicio de transporte aéreo y van de un lado al otro del mundo en cuestión de horas. Nosotros, el resto de los mortales, viajamos en cruceros, bien cómodos por cierto, que tienen gran variedad de rutas   continentales  y trasatlánticas. Para ir a Eropa, por ejemplo, que es un viaje que tengo planeado hacer con mi esposa cuando nos jubilemos, debemos disponer de unos 15  días solo para el viaje de ida y vuelta, y tal vez una semana u otros 15 días para la estadía.

Luego de salir del patio donde estaban ubicados los galpones, cruzaron hacia la izquierda, pasaron una floresta de árboles con flores  multicolores y entonces frente a ellos, surgieron 6 edificios cuadrados, ubicados en línea uno al lado de otro, que impresionaban por su tamaño y apariencia, cuya característica más resaltante era que entre las vigas de su armazón, aparentemente metálica, resaltaba el color verde que a todas luces debía pertenecer a plantas de diferentes especies.
Esa, es nuestra granja hidropónica vertical, de la cual obtenemos la mayor parte de los alimentos. Dijo Santiago X Cada edificio, construido de acero y aluminio, tiene una base de una hectárea, es decir 100 metros por lado, y diez pisos o 30 metros de altura Santiago G observaba en silencio a medida que se iban acercando a     las estructuras, y al pasar a su lado, circulando de derecha a izquierda, no dejaba de contemplarlas con gran interés. De vez en cuando, entre las plantas, se veía el movimiento de alguna que otra persona laborando vestida con delantal, guantes y gorro protector. Allí también había  estacionamientos para los trabajadores, casi vacíos.
La hidroponía  continuó Santiago X ha resultado ser una forma de agricultura casi ideal, porque presenta una gran cantidad de ventajas sobre la labranza tradicional: no depende del clima; permite producir cosechas fuera de temporada; produce más en menos espacio; ahorra hasta un 90% de agua; ahorra fertilizantes y pesticidas; no requiere maquinaria agrícola; es más higiénica; produce cultivos más prematuros; permite la casi total automatización; evita la erosión de la tierra; y hasta acepta el uso de agua con gran contenido de sal.
Muy interesante respondió su tocayo.       
Bueno mi estimado amigo, supongo que ya tienes apetito, el cual se te debe haber alborotado más con  tanta comida frente a tus ojos dijo Santiago X alegremente.
Que tu palabra vaya por delante le contestó su acompañante en el mismo tono.
Hoy, estás invitado a almorzar en mi casa.                     
Muchas gracias vale, es un honor.  
Al pasar el último de los edificios cruzaron hacia la derecha, y penetraron en otro espacio boscoso, al salir del cual, se encontraron flanqueados de lado y lado por una angosta franja de grama muy bien cuidada,  y comenzaron  a cruzar un puente de madera bajo el cual pasaba un curso de quietas aguas cristalinas sobre la que se veía a un par de jovencitos en sus respectivos kayaks enfrascados en una competencia, animados por una muchedumbre de chicos y chicas en la orilla del lado en el que terminaba el puente. Justo en medio de éste, los Santiagos se detuvieron.
¿Río o lago? preguntó Santiago G.
¿Tú que crees?   respondió Santiago X retándolo.
Bueno pareció  adivinar  Santiago G si es un río, tiene unas aguas muy quietas. Me atrevo a decir que es un lago.
¡Exacto! Exclamó Santiago X es nuestro lago artificial, que corre a lo largo de toda el área recreativa, y como puedes ver, en sus riberas hay caminerías para los viandantes y ciclistas, así como quioscos para sentarse a comer y a compartir, mucha grama, árboles, arbustos y plantas ornamentales  de especies variadas. De verdad es muy agradable estar aquí. Por allá dijo señalando hacia la derecha del vehículo está la zona de canchas deportivas, donde nuestra gente practica fútbol, béisbol, baloncesto,  voleibol, tenis, atletismo y tiro, entre otros. Si te fijas bien podrás observar que las caminerías tienen una apariencia algo rústica y de un color ocre muy agradable. Están hechas de polvo de cáscara de la semilla del Psyllium, mezclado en frío con agua y agregado de grava, arena y arcilla, que al secar hace una buena superficie para andar sobre ella a pie y en bicicleta.

Se pusieron en marcha de nuevo,  atravesaron otro sector con árboles, y finalmente, ante sus ojos aparecieron las casas de familia frente a  las cuales comenzaron a pasar. Todas eran de una sola planta, y variaban muchísimo en diseño, y en materiales, según iba explicando Santiago X, al tiempo que Santiago G asentía y las miraba con gran atención una a una. Las había de pacas de paja con acabado de arcilla; de madera de pino; de bambú; de piedra; y de bloques hechos en frío ya sea con arcilla, arena y bacterias; con arena y gas carbónico; y con hongos y paja. Poseían jardines frontales engramados, plantas ornamentales o árboles y una entrada para vehículos, algunos de los cuales estaban estacionados al aire libre, mientras que en otras viviendas podían verse garajes techados, con o sin puertas. Las aceras y sus bordillos, tenían la misma apariencia adoquinada que la calzada, y una franja externa de grama y árboles de sombra.
Ya llegamos dijo Santiago X al cabo de unos cinco minutos, al tiempo que subía el vehículo por una rampa esta belleza es mi casa expresó con un gesto de orgullo sacando  su brazo por la ventana y extendiéndolo, a la vez que volteaba para mirar a Santiago G. La vivienda tenía paredes de un friso color ocre, y estaba rematada  en la parte superior por un tejado inclinado de dos aguas. El porche, cuyo techo lo sostenían dos pilares de madera redonda, lucía adornado con unos  bonitos muebles de mimbre ubicados sobre un brillante piso de madera. Un gran ventanal de vidrios ahumados y marco de madera, además de una puerta del mismo material, daban al porche.
En el momento en que los dos Santiagos  se quitaban los cinturones de seguridad y se disponían a bajar del vehículo, se abrió la puerta de la casa y salió a esperarlos  con los brazos en jarras y una agradable sonrisa, una mujer esbelta y morena de unos cincuenta años que portaba un delantal de cocina. Santiago X se adelantó y le dio un fuerte abrazo y un beso. Al acercarse Santiago G, su tocayo la presentó:
Ella es mi esposa, Elena.
Mucho gusto, Santiago Respondió el invitado Ella se rió al darle la mano y dijo:  
Bueno, por fin vamos a tener a dos Santiagos bajo este techo. Es que nos pareció enredado ponerles los mismos nombres nuestros a los muchachos, por lo que arreglamos el asunto nombrando José al varón y María a la hembra. Ellos están ahorita en la universidad, y lamentablemente no van a poder acompañarnos para el almuerzo. Pasen adelante pues, bienvenido amigo Santiago.
Gracias, gracias Contestó el aludido.
Mientras Elena daba los últimos toques a la comida y preparaba la mesa, los Santiagos se sentaron en un acogedor  recibo que tenía paredes decoradas con piedra,  muebles de tela bien mullidos de color crema, y en el centro, una mesita de madera y superficie de vidrio, sobre un piso también de madera. Allí, mientras esperaban, Santiago X satisfizo la curiosidad de su tocayo haciendo un breve relato de las técnicas y materiales utilizados en la construcción de las viviendas, y más  detalladamente de ésta en la que se encontraban. La casa de Santiago X estaba realizada a partir de la técnica Greb que consistía en armazón de madera rellena de pacas de paja, y un friso de arcilla, arena y paja cubierto con una pintura hecha también de arcilla mezclada con agua, sal y alumbre. El techo era de machihembrado, teñido con vinagre y óxido de hierro y acabado de aceite de linaza,  bajo una protección exterior de manto de linóleo y techumbre de tejas. Los utensilios e instalaciones de la vivienda no diferían mucho de los que conocía Santiago G,  excepto que no había elementos de  plástico, el cual había sido reemplazado por metal, vidrio, cerámica, tela y madera líquida, y tampoco existían artículos desechables, al punto que las bolsas para hacer las compras estaban hechas de tela, y los envases contentivos de los diferentes productos eran todos retornables.
Una vez concluido un delicioso y ameno almuerzo, Santiago G fue invitado a descansar en una hamaca ubicada en el corredor que daba al jardín trasero de la casa, espacio muy agradable delimitado por una cerca viva de limoncillo muy bien podado, y en el que se veían un pequeño estanque-piscina auto limpiante bordeado con una caminería de lajas, un par de árboles frutales sobre césped y una especie de cultivo hidropónico de varios niveles, escala miniatura de los huertos verticales que habían visitado. Los esposos se retiraron a descansar en su habitación.
Una hora después, luego de las despedidas de rigor, los dos Santiagos continuaron su gira por Benesuelo, y esta vez se dirigieron hacia el centro de la ciudad. Para llegar allí, transitaron varias cuadras más de viviendas. Santiago X explicó  que la ciudad, incluyendo todas las áreas que ya habían visitado tenía en su conjunto una forma lineal, previendo futuras expansiones, con  5 sectores bien delimitados por áreas verdes, de los cuales ya habían recorrido 4: energía e industria; granjas verticales; recreación, y residencial. Solo les quedaba por dar un vistazo al sector centro.
Al pasar el último bloque de viviendas, salieron en lo que parecía uno de los extremos de la ciudad y se encontraron flanqueados por una franja de parque que se perdía de vista hacia su izquierda, en la que se apreciaban  plantas ornamentales, bancos para sentarse, fuentes, y caminerías de psyllium, paralela al cual corría una amplia avenida de dos sentidos, de moderado tráfico vehicular, sin isla divisoria ni semáforos, que tenía una hilera de edificios de distintas formas y tamaños en la acera de enfrente, aparentemente construidos usando los mismos materiales de los que estaban hechas las casas. La avenida estaba limitada, del lado del parque,  por un carril para estacionamiento, una franja de grama y árboles de sombra, una amplia ciclovía de dos sentidos, hecha, según explicó Santiago X, de resina de pino y agregado fino,  en la que se veían circulando bicicletas, patinetas, patines, y monopatines, ya sea mecánicos, eléctricos o giroscópicos, y una acera angosta que colindaba con el parque propiamente dicho. Los cruces peatonales de la avenida estaban demarcados mediante la utilización de adoquines de un color más claro que los del pavimento. Del lado de los edificios, también había un carril de estacionamiento, y una amplia acera dividida en una zona exterior llena de árboles de sombra, y una interior totalmente techada con láminas de vidrio ahumado a lo largo de las construcciones. Dieron la vuelta a  la redoma en que culminaba la avenida en ese punto,  y comenzaron su recorrido por la ciudad de una sola avenida, durante el cual pudieron observar las diversas instalaciones, cada una de la cuales estaba separada de su vecina por una calle que daba a un estacionamiento trasero techado, según explicó Santiago X, cuyo tamaño dependía del número de usuarios que visitaban cada dependencia. De esta forma pasaron frente a la universidad, el liceo, la escuela primaria, el museo, el teatro, el hotel, el centro comercial con sus diversas tiendas para la obtención de bienes y servicios y además  comedero, sala de cine, boliche, pista de patinaje y discoteca; el centro de convenciones y salas de usos múltiples; los talleres para la reparación de vehículos, artefactos eléctricos y dispositivos  mecánicos y electrónicos; el edificio administrativo y  sus oficinas  para  agricultura externa, suministro de materia prima e industria, energía, granjas verticales, recreación y áreas verdes, zona residencial, centro,  administración de puntos, y relaciones exteriores; la gobernación, la legislatura, los tribunales, el centro de reeducación y orden público, el hospital, la residencia para la tercera edad, la casa de cuidados especiales, el comedor-refugio, la funeraria incluidos su crematorio y su cementerio, y el terminal de autobuses (rutas internas y foráneas, y venta de boletos para el tren). En este punto se encontraba el otro extremo de la avenida, y su correspondiente redoma.
Bueno mi estimado amigo, ¿Qué te ha parecido todo lo que has visto hasta ahora? Preguntó Santiago X deteniendo el carro.   
Bien tocayo, la verdad es que lo que me has mostrado me parece contradictoriamente interesante, y te voy a explicar por qué: por un lado, da la impresión de que estuviéramos en una película de ciencia ficción debido a que no conozco en mi mundo una sola ciudad con las características estructurales y organizativas  de Benesuelo; pero por otra parte, todo lo que me has mostrado me parece tan factible y tan alcanzable que ya no puede ser considerado ciencia ficción, ¿me explico?
Perfectamente mi querido amigo. Y aún no hemos terminado el recorrido. Te tengo una sorpresita más dijo poniendo el vehículo en marcha de nuevo. Dando la vuelta a esta segunda redoma penetraron otra vez en la zona residencial y la cruzaron toda hasta llegar al área recreativa donde tomaron a mano derecha un camino secundario de resina de pino que iba entre los árboles, paralelo al parque y la laguna. Luego de unos cinco minutos, llegaron a un espacio abierto engramado, y lo primero que vieron fue un enorme globo aerostático multicolor flotando sobre el suelo, amarrado con cuatro cuerdas. Tres hombres y una mujer esperaban allí, mirando hacia el vehículo que se acercaba. Aparcaron el carro, se apearon en silencio y con un gesto Santiago X conminó a su pasajero a que se dirigieran hacia la aeronave. Al llegar allí, uno de los hombres se adelantó y estrechó la mano de Santiago X muy afectuosamente.
¡Santiago mi amigo!, ¿Cómo estás?
Muy bien Juan, ¿está todo listo?
¡En su punto!
Santiago X se volteó para presentar a su invitado:
Este es mi tocayo Santiago el aludido se acercó y estrechó la mano de los cuatro presentes con un “mucho gusto”.
 ¿Listo para volar? preguntó Santiago X a Santiago G.
¿Quién dijo miedo? Respondió éste sonrojado de la emoción y provocando las risas de los demás.
Así, los dos Santiagos subieron al globo que iba a ser pilotado por el anfitrión y comenzaron a ascender lentamente. Había muy poca brisa, lo cual hacía que el desplazamiento lateral fuera muy leve, y permitiera observar todo calmadamente. A medida que se elevaban, fue apareciendo ante sus ojos la ciudad en toda su extensión, y sus diferentes sectores. Hubo un momento muy emocionante que se presentó cuando estuvieron a la altura de la parte superior de la torre solar, que se veía muy cercana, pero que poco a poco fue quedando debajo de ellos. Desde las alturas, aparte del panorama completo de Benesuelo, ahora sí estaban visibles los bosques naturales y de cultivo, los pastizales y sus cabezas de ganado, diversas instalaciones agrícolas, incluyendo potreros y jaulas para la cría de aves  techados con paneles solares, así como pisciculturas consistentes en lagunas y tanques astralianos. En todas ellas se distinguían  generadores eólicos de escala reducida y molinos de viento para la extracción de agua. De repente, penetraron en una nube que les ocultó todo.
                                                                 V
Santiago García sacudió la cabeza y se sentó en la cama apoyando ambas manos sobre el colchón con un sobresalto. Su esposa murmuró algo ininteligible, y él le acarició la espalda para que se volviera a dormir. Era temprano aun. Le quedaba algo de tiempo para pensar antes de levantarse e irse a trabajar.
Benesuelo había sido un sueño. Aparte de todas las cosas agradables que allí habían estado presentes, a Santiago le preocupaban las circunstancias que llevaron al establecimiento de la ciudad, porque le parecían totalmente razonables, dada la indiferencia que muestra la mayoría de las personas frente a temas tan cruciales como la superpoblación, la contaminación, la educación para el consumismo que hace de jóvenes y adultos unos cabezas huecas compradores de objetos muchas veces totalmente innecesarios; y el fanatismo religioso que en nombre del amor ocasiona en algunas naciones más muertes que las propias enfermedades.
Eran temas que daban mucho en que pensar, pero que quedarían pendientes  para irles dando vuelta en la cabeza en los espacios de tiempo disponibles. Ahora, tenía marcharse  a enfrentar a sus estudiantes y a los amigos de éstos, los mirones  de ventanas.



Un encuentro en Benesuelo o la verdadera dictadura del proletariado (cuento)

                       Un encuentro en Benesuelo o la verdadera dictadura del proletariado (Una historia de economía basada en recur...